En la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, no solo se hizo un acuerdo, sino que se creó una relación especial entre Dios y el pueblo de Israel. A diferencia de los acuerdos con Noé y Abraham, donde Dios prometió sin condiciones, aquí se nos dio la oportunidad de participar activamente, convirtiéndonos en socios para construir un mundo mejor.
Las palabras “Naasé Venishmá” – “Haremos y escucharemos” – reflejan un compromiso que va más allá de entender. Primero viene la acción, luego la comprensión. Esto nos enseña que la verdadera sabiduría no solo está en analizar y debatir, sino en aplicar la voluntad de Dios en nuestra vida diaria.
Al principio, el pueblo respondió en unidad. Pero la Torá no menciona esta unanimidad en la repetición del versículo. Esto nos muestra que, aunque la revelación comenzó con un sentimiento colectivo, el verdadero desafío es que cada persona, individualmente, elija aceptar y aplicar la Torá. La grandeza del judaísmo está en combinar reflexión y compromiso personal en armonía y hacerlo con unidad, sin disputas.
La entrega de la Torá no fue solo un evento pasado; es un llamado eterno a vivir con propósito. Nos recuerda que la bendición divina llega cuando transformamos la reflexión en acción y cuando nuestras acciones se unen en un propósito común. En esa combinación de compromiso, acción y unidad, encontramos la verdadera abundancia que Dios promete a su pueblo.
One Kosher te desea Shabat Shalom.