Perasha vaera: la historia de Abraham nos enseña una verdad profunda: amar no siempre es retener, sino saber soltar con fe. Dios le mostró que el vínculo más puro no nace del control, sino del respeto al destino del otro.
A veces la vida nos pide separarnos —de lugares, personas o certezas— no por falta de amor, sino porque solo en el espacio que dejamos libre puede crecer la verdadera libertad y la individualidad.
Así como Abraham aprendió a dejar ir, nosotros también aprendemos que amar de verdad es acompañar sin poseer, guiar sin dominar y confiar sin miedo.
One Kosher te desea Shabat Shalom.
