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Mientras que nuestra vela esté prendida…

Perashat Vaigash Asará betevet hoy se recuerda el día que comenzó el sitio de la ciudad sagrada de Yerushalaim, en el primer Bet Hamikdash, cuando empieza la debacle del pueblo de Israel por primera vez y por eso es un ayuno especial que se lleva a cabo aún cuando cae día viernes. Y si cayera en Shabat también ayunaríamos.

¿Cuál es el motivo? Es que nos acongojamos por la pena que Hashem nos pone en evidencia ante el mundo de que no merecemos el lugar más sagrado del Universo, donde todos los pueblos lo deseaban y de donde sale toda la santidad, la bendición y la protección a nuestro pueblo. Si estuviera el Santuario, no podrían entrar los enemigos de Hamas o hizballa imáj shemam a nuestra tierra.

Esto nos dice que estamos un poco alejados de Hashem y nos debemos acercar más. En esta Perasha, Yosef se descubre ante sus hermanos y les dice: “soy Yosef el que ustedes me vendieron a Egipto”. Y ellos se cayeron para atrás de la vergüenza. Dicen los sabios: cuando Hashem se descubra, qué vergüenza que vamos a pasar. No creíamos tanto en él.

Queridos hermanos: una vez al Rabi Israel Salanter se le rompió un zapato, ya al atardecer. Llegó al zapatero, que estaba trabajando con otros zapatos y le preguntó si podía esperarse a que se los enmendara. El zapatero respondió: “mientras la vela arda y haya luz puedo trabajar. Si se apaga, ya no podré arreglartelos.” El Rabi expresó de esas palabras un proverbio: mientras que nuestra vela, esta prendida, tenemos vida, podemos arreglar todo. Podemos retornar y comenzar de nuevo nuestras buenas acciones. Mientras nuestra alma alumbra vamos a cambiar y ser mejores.

One Kosher te desea Shabat Shalom umeboraj.

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