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Estamos listos para cambiar.

Shabat Shuba o Teshuba es el Shabat que antecede a Yom Kipur. Es el Shabat donde le decimos a Hashem que estamos listos para cambiar. Cambiar no significa ser otra persona, eso es imposible. Nuestra misión es demostrar lo que somos donde estamos, y que deseamos cambiar para este año. Aunque sea algo pequeño, le estamos diciendo a Hashem que lo reconocemos, lo queremos, y deseamos dar un paso más.

Tenemos la oportunidad de hacerlo. No todos los días es kipur. Hasta la Neila está la opción, luego se va por todo el año. La persona inteligente es la que aprovecha esos destellos, momentos magníficos para ganar cosas eternas.

En una oportunidad, en Purim, un alumno del gran Jafetz Jaim llegó a su casa un poco pasado de copas, y se arrodillo al Rab pidiéndole que le prometa que el Rab lo va a llevar a su lado en el paraíso. El Rab, en principio, no hizo caso omiso a sus pedidos. En un momento el rab le propuso: “Si prometes que en toda tu vida cuidarás tu lengua y no hablarás mal de nadie, te llevaré conmigo al Gan Edén”. El joven en ese momento reaccionó: “No Rabino, es muy difícil lo que me está pidiendo”. El Rab ordenó que lo saquen de su casa, comentando que esos momentos no son de todos los días. Esa era una oportunidad inédita para ese joven y la despreció, no supo aprovechar, se lo perdió para siempre.

Por otro lado, al gran Maharam de la ciudad de Rottenberg (Alemania), lo habían secuestrado y pedían una suma estratosférica. El rab ordenó que no pagaran porque no quería empobrecer al pueblo y además, lo iban a volver a hacer con otros. El Gran Rab falleció en la cárcel, y los secuestradores no querían entregar su cuerpo hasta que un hombre muy rico pagó una suma grande para que lo liberaran. Enterraron al Rab y al otro día falleció el rico que pagó el rescate. Nadie entendía nada. El hombre rico vino un día después, en sueño, a un jajam de la ciudad y le explicó que el mismo Maharam, cuando fue enterrado, se le apareció en el sueño agradeciéndole por su obra porque su alma no podía descansar, y como recompensa le ofreció q eligiera: o riqueza para él y todos sus descendientes o llevarlo a su lado al otro mundo. El rico aprovechó la oportunidad y aceptó irse de este mundo para estar con el Maharam.

Tenemos la oportunidad, no la despreciemos. Mostremos un cambio. Vamos para adelante, cada uno sabrá en qué debe cambiar. Gemar jatima tová.

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