Harás un altar en el que quemarás el incienso. El altar de cobre, sobre el que se ofrecían animales, expía los pecados del cuerpo. De ahí que su altura sea de tres codos, la altura de un ser humano (27:1).
En cambio, el altar del incienso expía los pecados del alma. Los animales, que son groseramente físicos, no pueden expiar a una entidad espiritual. Por lo tanto, el incienso, que produce humo y fragancia efímeros, es necesario para purificar el alma (Kli Yakar 30:1).
¿Qué son los pecados del alma? El Kli Yakar sostiene que el alma está mancillada por los pecados del cuerpo. Alternativamente, los pecados del alma se refieren a imperfecciones en el carácter de uno. Estas deficiencias requieren expiación incluso si no hay violaciones técnicas cometidas por el cuerpo.
Al igual que hay que arrepentirse de las acciones pecaminosas, también hay que arrepentirse de los malos rasgos del carácter. Estos incluyen la ira, el odio, los celos y la búsqueda de dinero, gloria y comida. Estos pecados son más graves que las acciones pecaminosas, porque cuando uno se hunde en estos malos rasgos es difícil separarse de ellos. Por eso dice (Yeshaya 55:7): “Que el malvado abandone su camino y el malvado sus pensamientos” (Rambam Hilchos Teshuva 7:3). El texto de prueba del Rambam se refiere al camino y a los pensamientos que requieren teshuva. Los pensamientos son los malos rasgos de carácter antes mencionados, y el camino es el estilo de vida de quien posee esos rasgos, aunque se eviten los pecados activos.
El altar del incienso expía estos pecados del alma. Estos defectos de carácter requieren humo y fragancia, que no tienen sustancia física dura, para lograr la expiación.
Y aunque ya no tenemos el beth hamikdash, Jazal nos dicen que estudiar las reglas de los sacrificios, y rezar las tres tefilot diarias con dedicación y entendimiento, es una manera de conectarse con el Beth Hamikdash y lograr el mismo efecto. Por eso la importancia que cada quien busque un maestro que le enseñe sobre estos temas, y que aprenda la manera correcta de rezar y guardar silencio para no molestar a otros en la sinagoga.
One Kosher te desea Shabat Shalom.