La Perashá nos cuenta del fallecimiento de nuestra matriarca Sara y hay dos versiones del motivo del repentino deceso: hay quienes sostienen que Sara se enteró por medio del satan que Abraham iba a degollar a su único hijo Itzjak y no lo pudo soportar; hay otra versión diferente que dice que ella escuchó que, al final, Itzjak no fue degollado y pensó que su hijo se resistió y no aceptó la palabra de Hashem y esta decepción la llevó a su muerte. No podía soportar que su hijo, muy bien educado al temor a Hashem y a cumplir con sus preceptos, no hubiera aceptado la orden divina. De las dos formas vemos el corazón de una madre, que siente los latidos de sus hijos y desespera por ellos.
En cierta ocasión, en vacaciones, una mamá pidió a su hijo que la ayudara con los quehaceres de la casa y de sus hermanitos. Llego la noche y antes de dormir el niño le presentó a su mamá una hoja con una lista de servicios prestados por él, donde detallaba los honorarios que se le debían: por haber ordenado el cuarto: 20 pesos. Por hacer los mandados: 30 pesos. Por ocuparme de mis hermanos: 40 pesos. Por barrer el patio: 25 pesos, etc. Al final, Total: me debes 145 pesos. La mamá tomó la hoja, la volteó y escribió: por tenerte en mi vientre 9 meses: cero pesos. Por traerte al mundo: cero pesos. Por darte vida: cero pesos. Por salvarte la vida ene cantidad de veces: cero pesos. Por mandarte a la escuela: cero pesos, etc. etc. Total: cero pesos. La mamá solo da y no pide nada a cambio.
Así es Hashem con nosotros, y así debemos comportarnos con nuestros semejantes. Recemos por nuestros hermanos en Israel , por los jayalim, por los cautivos que vuelvan con bien, por los heridos, enfermos, ancianos y todo Am Israel, que ya se acabe esta guerra y veamos paz y prosperidad en la tierra sagrada.
One Kosher te desea Shabat Shalom.