El propósito de este artículo es discutir algunos de los problemas que enfrenta la supervisión de los kashruyot modernos en lo que se refiere a la producción de huevos.
Los huevos ya no son sólo para el desayuno. Son muy importantes para la producción de muchos alimentos. Además del sabor que imparten, las propiedades químicas que poseen proporcionan funciones importantes en muchos alimentos. Los huevos enteros, las yemas y las claras se venden en líquido, en polvo o congelados.
El uso de huevos en la producción de alimentos kosher históricamente comenzó con romper un huevo en un vaso y detectar las manchas de sangre y luego separar las claras y las yemas según sea necesario. Sin embargo, las exigencias de la producción moderna de alimentos han hecho que no sea práctico tener un ejército de inspectores de huevo en cada fábrica de alimentos.
La industria del huevo ha reconocido este desafío y ha ideado un medio no sólo para proporcionar cantidades prodigiosas de productos de huevo líquido sin cáscara, sino también métodos de procesamiento para permitir el envío, almacenamiento y uso de los huevos que las generaciones anteriores no se pudieran haber imaginado.
Para poder procesar las enormes cantidades de huevos necesarios, los huevos se sacan de las cajas y se colocan en grandes cintas transportadoras, se lavan y luego se pasan por encima de una fuente de luz brillante. Normalmente se puede observar la sangre, si está presente, y el huevo es retirado por los asistentes. Recientemente se ha desarrollado un equipo de detección electrónica para detectar manchas de sangre. Los huevos limpios se colocan automáticamente en una máquina rompedora de huevos. Dicha máquina consiste en una serie de porta-huevos individuales que rompen el huevo, separan la yema y la clara y vierten cada componente en un tubo separado. Una máquina de este tipo puede procesar miles de huevos por hora, y los operarios suelen controlar la máquina para detectar los huevos que no se separan correctamente o que contienen manchas de sangre. Cuando se observa una discrepancia de este tipo, se utilizan controles que dirigen el huevo a un tubo y lo desecha. Tal sistema puede separar las yemas y claras o dejarlos enteros, según sea necesario.
Un punto interesante para destacar es que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) mantiene una supervisión muy estricta de las plantas de procesamiento de huevos. Un inspector de tiempo completo del USDA es asignado a cada planta de huevos, similar a la supervisión requerida para las instalaciones de empacado de carne. Tal presencia, aunque no reemplaza a un mashgiaj, sirve como un complemento útil para una hashgajá.
Preocupaciones Halájicas:
Los huevos procesados para uso industrial plantean varias preocupaciones halájicas. La primera cuestión se refiere al estado de los propios huevos. Sólo los huevos de las especies de aves kosher se consideran kosher. Además, no deben haber sido puestos por un ave que fuera una Trefá (ave con algún defecto) o quitada de una Nevelá, (el cadáver de un pollo muerto).
Huevos en estado líquido:
Si bien este debate puede no haber sido terriblemente significativo en el pasado, cuando los huevos eran cascados rutinariamente por el productor de alimentos, la cuestión es de gran preocupación en la producción moderna de alimentos. El Minjat Itzjak analiza detenidamente la aceptabilidad de los huevos en estado líquido y en polvo y llega a la conclusión de que en situaciones en las que sólo se procesan huevos kosher, según la halajá se permiten huevos en estado líquido como kosher incluso cuando un mashgiaj no los comprueba. Esto es especialmente cierto en los casos en que el gobierno ha establecido normas y requisitos para esas producciones, y más aún cuando un inspector del gobierno está presente para hacer cumplir esas normas. El consenso de prácticamente todas las autoridades halájicas de hoy en día es que, dado el rígido control gubernamental y la ausencia total de cualquier huevo que no sea kosher, los huevos en estado líquido producidos por la industria moderna pueden ser aceptados Lejatjila.
Manchas de sangre:
El siguiente asunto del kashrut tiene que ver con las manchas de sangre que ocasionalmente se encuentran en los huevos. Una mancha de sangre era considerada típicamente por Jazal como una indicación de que el huevo había sido fertilizado, y cualquier embrión que se hubiera formado estaría prohibido. Hay una discusión significativa entre los Rishonim sobre las distinciones en cuanto a la ubicación de la mancha de sangre y si el huevo entero debe ser desechado o sólo la mancha de sangre está prohibida. El Ramá dice que, para seguir todas las opiniones, el huevo entero debe ser desechado sin importar donde se encontró la mancha de sangre. Esta es, en efecto, la costumbre en los hogares kosher. Sin embargo, si este fuera el requisito para los huevos industriales, sería imposible garantizar que tales huevos estén libres de manchas de sangre. El procesamiento de los huevos es supervisado por los trabajadores de la fábrica, no por el mashgiaj, y con miles de huevos que se procesan cada hora, es imposible garantizar la ausencia total de sangre, a pesar de la declaración “Kosher” de la USDA.
Pero ya se está diseñando un nuevo equipo de procesamiento de huevos que elimina por completo la sangre en los huevos. Afortunadamente, una supervisión tan rigurosa no es halájicamente necesaria.
Recuperado de internet.