Nos encontramos en estos días tan especiales en los Yamim Noraím, Días de Reflexión, en los que sabemos que D-os juzga a la Humanidad. Un mes antes, nos levantamos temprano para pedir a D-os, conectarnos. El día de Rosh Hashaná, cuando escuchamos el Shofar, nos llega al corazón, hacemos cosas más espirituales. Más rezos, damos tzedaká… y en el día de Yom Kipur, prácticamente nos convertimos en ángeles…
Sabemos que, en la mayoría de las ocasiones, pasando estas fiestas, volvemos a la rutina. Ha sido un mes de mucha elevación, pero volvemos a lo cotidiano. Y la pregunta es: ¿tuvo sentido toda esta elevación espiritual?
Respondo a esta pregunta con otra. La mayoría de nosotros tomamos unas vacaciones muy anheladas. Nos vamos de viaje, un hotel lujoso, el mar, los colores, los paisajes, vivimos una fantasía. Terminan etsas vacaciones y volvemos a la rutina, al trabajo, a la tensión. ¿Valió la pena? ¿para qué esta ilusión? Y me responderían: estas vacaciones son para recargar baterías, para volver al trabajo con mayores energías y renovados. Sí, ¡nos sirven!
Esta misma idea se aplica en estos días. Son vacaciones espirituales y tienen sentido porque recargamos nuestras baterías espirituales para un año entero. Inspirémonos, elevémonos y ojalá también cambiemos, nos superemos y seamos mejores personas. Hay hermanos nuestros que no saben rezar, otros no pueden rezar, otros no quieren rezar. Todos somos hijos del mismo padre, de nuestro pueblo amado. Recemos y pidamos por nosotros, por nuestras familias y también por esos hermanos que no lo hacen. Kol israel arevim ze laze. Somos uno. Todos juntos algo mejoraremos.
One Kosher te desea Shabat Shalom. Tizku Leshanim Rabot.