Hashem le dijo a Moshé: “Ve al pueblo y santifícalo hoy y mañana… que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día Hashem descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el Monte Sinaí”.
La entrega de la Torá, fue un acontecimiento muy singular, el acontecimiento más singular de la historia. En consecuencia, el grado de preparación para su recibimiento fue único. La noción de que uno debe prepararse para un encuentro con la santidad es, sin embargo, un principio eterno. Así, la Guemará en Berajot (22a) razona: “Así como estuvimos ante Hashem en el Monte Sinaí con temor, miedo, inquietud y temblor, así también debemos estudiar Torá con temor, miedo, inquietud y temblor”. Evidentemente, no es obligatorio ni recomendable abstenerse de tener intimidad durante cuarenta y ocho horas antes de estudiar la Torá. Además, no es necesario sumergirse en la mikve después de las relaciones antes de reanudar el estudio de la Torah. Sin embargo, la preparación está justificada antes de un encuentro con la santidad . Del mismo modo que un pintor, para obtener los mejores resultados, primero se prepara y luego pinta, así también nosotros debemos prepararnos antes de un encuentro tan importante.
Tenemos el privilegio de encontrarnos con la kedushá a diario, especialmente en forma de plegarias y Talmud Torá. Antes dedicaban una hora a prepararse para cada tefilá. Vaciaban sus mentes de toda distracción y se concentraban en su inminente audiencia con Hashem. En una línea similar, Rav Chaim Volozhiner recomienda que uno reflexione sobre el esfuerzo del Talmud Torá antes de empezar a estudiar. Estos momentos de reflexión garantizan el temor apropiado. Con demasiada frecuencia nos acercamos y nos encontramos sin preparación y, por lo tanto, no podemos absorberla por completo.
Lo mismo aplica al rezar como dijo rab Noach Weinberg z”l:
“Rezar exige que te conectes con tu esencia y que seas real con Dios. ¿Dónde te encuentras? ¿Qué es lo que realmente quieres? Implica abandonar todos los pretextos y conectarte con tus pensamientos y necesidades genuinas, en la realidad de la presencia de Dios”.
Eso es preparación. Te tomará unos minutos antes pero lograrás un resultado diferente. One Kosher te desea Shabat Shalom.